Cuando empezamos a tener noticias del COVID-19, allá por el mes de diciembre de 2019 en Wuhan China, qué lejos nos quedaba eso, en la distancia y en el tiempo. Y, sobre todo, qué poco pensábamos que nos iba a cambiar tanto nuestras vidas.
Ahora, a principios de 2021, esperamos empezar a ver la luz al final del túnel gracias a las vacunaciones masivas y a un mayor conocimiento de la enfermedad.
Lo que sí que se va a quedar con nosotros es un importante cambio en hábitos de vida. Uno de esos cambios es el Teletrabajo. Debido a los confinamientos y a los consejos de mantener la distancia social, las empresas cuya actividad lo permitía tuvimos que iniciar o acelerar los planes de empleo a distancia para proteger a nuestros colaboradores.
El Teletrabajo, aun cuando logremos controlar esta terrible pandemia, ha venido para quedarse. Tanto los empleados como los empleadores nos hemos dado cuenta de sus importantes ventajas.
Ese Teletrabajo y el distanciamiento social han traído consigo una aceleración espectacular de la Transformación Digital. Al quedarse en casa un importante porcentaje de la población, los trámites virtuales son el pan nuestro de cada día.
Incremento de plataformas ecommerce
Prueba de lo anterior, es el incremento en el uso de las plataformas de comercio electrónico: aquellos que ya eran usuarios de esta modalidad de compra, han potenciado su uso; y muchos de los que hasta ahora eran reacios a esta forma de adquirir sus productos más básicos, han comenzado a utilizarlo, han descubierto sus ventajas y han optado por convertirlo en su forma prioritaria de compra a partir de estos momentos.
Asociado a este crecimiento del ecommerce, han aumentado igualmente los procesos de logística y distribución, siendo más importante que nunca la optimización ambos procesos: entregas rápidas, rutas de reparto optimizadas, reducción de impacto medioambiental, conocimiento de preferencias del destinatario, etc…
Y en el centro de todo se encuentra el cliente, representado por todos los datos que de él tenemos, datos que, si o si, las empresas receptoras deben transformar en información útil para el negocio. Y es aquí donde, una vez más, un concepto ya manejado en los últimos años, toma más fuerza en la actualidad: el Gobierno del Dato.
Porque, efectivamente, la digitalización de procesos habituales, trae consigo un incremento muy importante de datos que, si no se gestionan correctamente, pueden convertir lo que podría llevarnos a un enorme éxito, en un tremendo fracaso. Sin una buena arquitectura de datos, sin una política de Calidad del Dato, sin estrategia de Analítica del Dato, en definitiva, sin Gobierno del Dato, estamos desaprovechando lo que muchos denominan “el nuevo petróleo”: al igual que el petróleo, los datos, por sí solos y sin transformar, sirven de poco.
Transformación Digital
La Transformación Digital, y todo lo que lleva aparejado, como acabamos de ver, ha hecho que empresas como DEYDE, que contribuimos a ese objetivo digital pues la Calidad de Datos es fundamental para ser virtuales, estemos teniendo resultados espectaculares, nunca antes vistos, y eso a pesar de la grave crisis económica que nos rodea.
Hoy tiene más sentido que nunca el dicho de “que las empresas deben evolucionar o morir”. Los que ya estamos metidos en el mundo de la Transformación Digital no podemos conformarnos con los buenos resultados que estamos teniendo y debemos esforzarnos en ser aún más digitales y los que no están en este mundo deberán crear o acelerar sus planes digitales si quieren sobrevivir a la crisis que tenemos encima.
¡Ojalá que afrontando esta adversidad salgamos todos fortalecidos de ella!
